Manos y cuello: delatores de la edad
Para contrarrestar los signos de la edad es importante utilizar una crema humectante en esas zonas y así lucir siempre joven.
Llegan los 30 y con ellos los primeros signos de la edad que tanto atormentan: ojeras, bolsas, 'patas de gallina' y demás líneas de expresión. Estos factores indican que se debe iniciar con una rutina de cuidados especiales que ayude a preparar la piel para la madurez.
Generalmente tanto hombre y mujeres se enfocan en el uso de productos anti-edad. Realizan ajustes en los hábitos alimenticios y se preocupan por descansar más.
¿Será esto suficiente?
Está claro que el foco clave se centra en la piel del rostro, pero ¿dónde queda el cuidado de las manos? ¿qué pasa con la llamada ‘zona Y’? A partir de los veinte años es importante incluir dentro de nuestra rutina de belleza el cuidado de zonas tan delicadas y expuestas como la mandíbula, el cuello, el escote (pecho para hombres) y las manos. Para ello, el mejor consejo es extender los cuidados que se realizan en el rostro a estas áreas, siempre limpiando y humectando.
¿Y por qué cuidar la piel de las manos?
Es importante tener presente que la piel de esta zona es un 20 o un 30 por ciento más fina que la piel de las mejillas y por ende necesita un cuidado especial. La exposición constante al frío, al sol, a los productos para el hogar, a la polución, al lavado frecuente y al contacto con agentes irritantes, hace que las manos sean tan vulnerables a los evidentes signos de la edad.
Por eso, la dermatóloga bogotana Yudy Pinzón da tips de cuidado para estas dos zonas que, de no cuidar, ayudan al envejecimiento prematuro de la piel.
1. Mandíbula, cuello y escote
“La zona Y requiere al misma atención que la piel del rostro. Es por esto que, aparte de hidratarla y protegerla de los perjudiciales rayos UV, debemos acudir a productos con un elevado contenido de colágeno hidrolizado para contribuir además a la firmeza y elasticidad de la piel”, explicó Yudy Pinzón.
2. Manos
“Las manos son nuestra carta de presentación y en buena medida nuestra herramienta de trabajo. Esta es la parte del cuerpo que más exponemos a diario a toda clase de agentes y, pese a que en el exterior luzcan hidratadas, la piel de las manos manifiesta con el paso del tiempo signos difíciles de reparar. Por ello es imprescindible mantenerlas limpias, humectadas y protegidas de los rayos del sol, que pueden ocasionarnos pecas, manchas y ayudan a la aparición de arrugas. Igualmente es importante el uso de guantes para evitar el contacto con agentes irritantes y la utilización de cremas con antioxidantes para combatir el daño ocasionado por los radicales libres.
El uso del protección solar, de productos hidratantes, evitar el tabaco y un manicure perfecto, son también claves para unas manos bellas y firmes”, finalizó.